LA FALACIA DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS DEL PERÚ
Participar en el Parlamento, emplear el Parlamento como tribuna, son banderas raídas que algunos esgrimen como si hoy fuera una tarea necesaria e impostergable; como si fuera una tarea que los clásicos del marxismo siempre contemplaron y señalaron como deber de los revolucionarios en su labor de educar a las masas.
Evidentemente, a tamaña tarea, le suman las consignas de luchar por Asamblea Constituyente y nueva Constitución, nueva Constitución con y para el pueblo, como si fuera necesidad para el pueblo, la sociedad y nación peruana en su conjunto; o, en palabras de algunos, en el caso del proletariado, la lucha por una Asamblea Constituyente es un medio para su educación y forja política e ideológica.
Por otro lado, las ideas y opiniones neovelasquistas, las idas y venidas, los bamboleos e indefiniciones, de Pedro Castillo, Guido Bellido y Aníbal Torres —aún flamantes portadores de los cargos de Presidente de la República, Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Justicia y derechos Humanos, respectivamente—, para ya no hablar de Héctor Béjar, expectorado (ex)Ministro de Relaciones Exteriores, sobre el Referéndum, la Asamblea Constituyente y una nueva Carta Magna, quedarían en lo anecdótico a no ser por la relevancia ideológica y política que amerita la cuestión sobre la Constitución y el ordenamiento jurídico del Estado peruano; y ya sabemos que, hasta la más simple reforma de la Constitución, sirve a los dueños del Poder, en bandeja de plata, los necesarios reajustes que les permitan y garanticen la continuación de la opresión y explotación de las masas populares.
Por el lado que se lo mire, sembrar cretinismo Parlamentario, sembrar ilusiones Constitucionales, sembrar esperanzas en una Asamblea Constituyente y nueva Constitución es, hoy y siempre, servir a la reestructuración del Estado; 1es querer arrastrar al pueblo por la vieja senda del más encallecido revisionismo y trotskismo; senda remozada por el guzmanismo con gran alarde y demagogia; viejas ideas envueltas en piel de cordero, vino viejo en barriles nuevos.
Y dejaríamos aquí el tema si no fuera porque, a lo dicho, se adosan similares planteamientos bajo el supuesto amparo de los clásicos del marxismo; es decir, presentan sus ideas como si éstas fueran refrendadas por Marx, Engels, Lenin y Mao.
Veamos el “nuevo” entuerto.
En el libro de Alfredo Torres y Juan P. Ballhorn La lucha de clases en el Perú 2016-2021. Pugnas interburguesas ad portas del Bicentenario (abril 2021), los autores parten de 2 ideas fundamentales: 1) El carácter de la sociedad peruana es capitalista; y, 2) La gran burguesía burocrática es una facción de la burguesía nacional.
Escriben:
… Una caracterización de la sociedad peruana es conditio sine qua non para una caracterización de las clases sociales en el Perú y de las fuerzas políticas que las representan.
[…] Entonces, el éxito o fracaso de la revolución depende de qué tan fiel reproducimos la realidad en el pensamiento al momento de realizar dicha caracterización.
[Página 9. La cursiva es del original.]
… Las clases sociales deben estar definidas y nombradas por su contenido económico, todo lo demás –que comprendería su carácter ideológico– es sólo la manifestación de aquella “naturaleza” económica. El concepto adecuado para esta gran burguesía –que hoy tiene representación en el Parlamento principalmente mediante Podemos Perú (PP) y Alianza Para el Progreso (APP)– sería la de gran burguesía burocrática (GBB), debido a que nace de la descomposición del capitalismo burocrático en la década de los 80’s e inicios de los 90’s, representando capitales que presuntamente habrían tenido su origen en el narcotráfico, la minería ilegal y después en universidades, entre otros rubros. Cabe aclarar que no se trata del concepto de “burguesía burocrática” empleada por el PCP para designar a una facción de la gran burguesía que emplea el poder del Estado
y los medios económicos de éste “como palanca económica”[1] ; sobre este concepto acuñado por el PCP hay cosas que aclarar, pues se sostiene en una incorrecta interpretación del concepto de gran burguesía planteada por Mao en el contexto del “capitalismo burocrático” chino[2].
Nosotros empleamos el concepto de GBB en referencia a aquella facción de la burguesía nacional que, gracias a una importante acumulación de capitales durante los años 80’s y 90’s –años de crisis y descomposición del capitalismo burocrático en el Perú–, actualmente ha evolucionado y ha pasado a conformar una nueva gran burguesía. Se trata de una burguesía nacional cuyos capitales han crecido casi sin ninguna dependencia hacia el capital norteamericano e imperialista en general. El proceso de formación de la GBB se corresponde muy bien con el desarrollo de las grandes burguesías en una época tardía del capitalismo mundial, tal como Marx lo describe en Alemania y como lo podemos ver en la China actual. Se trata de una burguesía nacional que, incapacitada para competir con los grandes capitales transnacionales, y ante las condiciones históricas que le impedían aliarse con un imperialismo para garantizar su proceso de acumulación –puesto que EEUU contaba ya con aliados históricos en el Perú, el socialimperia2lismo soviético estaba ya en crisis y dejaría de existir para esas épocas y el imperialismo chino no despegó hasta inicios del Siglo XXI[3]- tuvo que valerse de prácticas poco aceptadas socialmente y hasta delictivas “y hoy en día ha llegado ya a su habitual floración de fraudes y estafas”[4]. Para ello se sirvió, en un país como el nuestro, posiblemente del narcotráfico y otras actividades ilegales que le permitieron una considerable acumulación de capitales que luego fueron legalizadas mediante actividades industriales, comerciales, de servicios (en educación tendría un importante rubro).
Un rasgo a destacar, y que ha tenido una influencia considerable en la política peruana de las últimas 2 décadas, es que la GBB, como lo mencionamos, se desarrolló sin ningún tipo de dependencia hacia EEUU. […] Este tipo de burguesía es la que posiblemente ha impulsado el “socialismo del Siglo XXI” en países latinoamericanos en alianza con el imperialismo ruso y chino.
[…]
(…)
Ediciones Bandera Roja
29 de agosto de 2021
Documento en PDF (26 pág A5)
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