¡Proletarios de todos los países, uníos!

 

 ¡VIVA EL 1° DE MAYO!

 

Las celebraciones de este 1° de mayo deben servir, una vez más, para que el proletariado internacional se reafirme en su todapoderosa ideología: el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo, que es invicto e imperecedero.

En nuestro caso, estas celebraciones deben servir para que nos reafirmemos en retomar el pensamiento gonzalo y desarrollarlo, reconstituir el Partido y desarrollar el camino del pueblo desde la posición del proletariado.

El pensamiento gonzalo ha sido revisado, falseado y desvirtuado por el revisionismo guzmanista en un fatuo intento por justificar su rendición poniendo por delante su anhelo de reincorporación dentro del «orden democrático».

Para disimular sus entuertos, componendas y conchabes con reaccionarios de todo pelaje, los seguidores del camino revisionista propalan, como fundamento básico, la cantaleta esa de que «el actual repliegue político general de la revolución deriva del proceso de restauración y de haberse generado una opinión pública desfavorable para la revolución»; y que dentro del «glorioso camino de triunfos y fracasos, de vueltas y revueltas», «el Presidente Gonzalo, Jefatura del PCP, a la luz del maoísmo señala que se debe hacer un balance del proceso histórico de la clase obrera, ya que es decisivo y clave para establecer la estrategia de la revolución proletaria mundial, porque si bien ha concluido una gran ola revolucionaria, otra más grande se está gestando».

¡Qué estrategia ni qué ola! Los acontecimientos en África, Asia, Medio Oriente y América Latina, que en verdad les interesa un cuerno, no les impide seguir con esa estúpida argumentación en el afán de salvar la imagen de un renegado, aunque para ello enloden la gloriosa sangre derramada por miles de los mejores hijos del pueblo que fueron convocados para plantar una bandera roja en la cumbre más alta.

El mezquino accionar de revisionismo guzmanista se expresa a plenitud en la proclama de su acta fundacional desde prisión. En el documento redactado por el señor Abimael Guzmán y la señora Elena Iparraguirre en el Penal Militar Base Naval del Callao, Lineamientos para «documento de bases para acuerdo de paz», 6 de julio de 1993, se lee:

Cesar la guerra popular iniciada el 17 de mayo de 1980, en sus 4 formas bélicas de acciones guerrilleras; autodisolver las fuerzas del Ejército Guerrillero Popular inutilizando sus armas y medios de combate; y, asimismo, autodisolver los Comités Populares y Bases de Apoyo de la República Popular de Nueva Democracia.

Esta conjura los pinta de cuerpo entero: ¡Traidores revisionistas de cabo a rabo!

Para intentar curarse en salud, enaltecen el podrido revisionismo que anida la negación absoluta de que son las masas, y no los individuos, las que hacen la historia; y, en un acto de parasitaria supervivencia, tuercen con premeditación y alevosía los principios que tanto decían defender.

En Marco para análisis de trabajo, 1994, se lee:

Que sepamos, es la primera vez que se presenta a una revolución no proseguir la guerra para conjurar su derrota, nos hemos atrevido a plantearlo así como hoy dirigir un repliegue político y militar desde la prisión. Estamos coadyuvando a tratar experiencias similares o peores a la nuestra (…) tenemos ejemplo de los problemas que se generan cuando se pierde la cabeza de un movimiento revolucionario, de modo, pues, que en nuestra situación estamos aportando a que se maneje un problema, el de la Dirección del Partido y defendiendo la vida del Partido, estableciendo su rumbo y concretándolo. [La subraya es nuestra.]

Ese defendiendo la vida del partido se reduce a la defensa de su propio pellejito.

¿Qué? ¿No se puede dirigir desde prisión? ¡Pues vean al MOVADEF! ¡Ahí tienen la criatura!

Los que regentan el nuevo partido revisionista, pretenden esconder al proletariado y al pueblo que una bandera roja fue plantada en lo más alto de los Andes y a lo largo y ancho del Perú; que los comunistas son como la semilla y el pueblo como la tierra y que donde van se unen al pueblo, echan raíces y florecen en él. El guzmanismo pretende esconder que, a lo largo de varias décadas, los verdaderos comunistas desarrollaron, en medio de grandes dificultades que supieron resolver, nuevas etapas y metas; que se inició la lucha armada y ésta se desarrolló hasta pasar a ser guerra popular y que el costo que pagaron por ello fue grande, muy grande: miles de militantes, combatientes, y masas populares; cientos de cuadros y decenas de excelentísimos dirigentes probados, no una sino muchas veces, regaron con su sangre la senda revolucionaria, no para que una sola persona se lleve los laureles sino para bien del proletariado y el pueblo. El renegado Guzmán reduce la reciente historia patria a grandes lecciones y rica e incuestionable experiencia… la suya propia, claro.

El camino del pueblo seguirá desarrollándose a pesar de las maldiciones y malas profecías que los revisionistas escupen al cielo; y se desarrollará hasta alcanzar la meta, porque es meta de la clase y no capricho personal.

Nos reafirmamos en lo que se auguró con toda certeza en Sobre 3 capítulos de nuestra historia, en la II Sesión plenaria del Comité Central del PCP, 28 de marzo de 1980:

… los hombres bregaron y los pocos comunistas que había se convocaron de varios puntos, y al final se comprometieron y tomaron una Decisión: forjar en los hechos la primera Compañía de la primera división del Ejército Popular; y, así comenzaron a retroceder las sombras en forma definitiva, los muros temblaron y fueron horadados; con los puños se abrió la aurora, la oscuridad se aclaró. Clave fue la I Conferencia Nacional, piedra miliar y un capítulo empezó. Las almas estaban alegres y los ojos resplandecían luz. Un capítulo dirá: Mucho esfuerzo costó, dimos nuestra cuota; y, en momentos difíciles enterramos nuestros muertos, secamos nuestras lágrimas y seguimos combatiendo.
Así se concretó y en el día nacional fue proclamada la República Popular; y el trabajo se reivindicó y desde allí la risa comienza a anidar entre nosotros, los campos fructificaron más, la libertad comenzó a palpitar en nuestro pueblo y lo rojo, a guiarnos para siempre jamás.

Mas lo escrito con la mano, algunos, tratan de borrarlo con el codo mientras hincan la rodilla ante los amagos del imperialismo y la reacción a nivel internacional y nacional; maldicen la oscuridad y levantan a tope su pesimismo histórico, cosa que siempre sucede cuando se antepone el interés personal al interés colectivo, al interés cotidiano y al interés histórico de las masas; estos individuos olvidan que son las masas las que hacen la historia.

El peor temor, al fin y al cabo, es no confiar en las masas, es creerse indispensable, centro del mundo, creo que eso es, y si uno formado por el Partido con la ideología del proletariado, con el maoísmo principalmente, comprende que las masas hacen la historia, que el Partido hace la revolución, que la marcha de la historia está definida, que la revolución es la tendencia principal, se le esfuma el temor y solamente le queda la satisfacción de ser argamasa y, junto a otras argamasas, servir a poner cimientos para que algún día brille el comunismo e ilumine toda la Tierra.[1]

¡Pero qué va! Para este olvidadizo, que hoy se envuelve en su propia sombra y se pregunta por qué anda a oscuras, lo arriba citado, que es espléndidamente cierto, son sólo palabras que se lleva el alborotado viento de este incierto presente.[2]

La revisión, tergiversación y falsificación del pensamiento gonzalo, toda esa ignominia, la desarrollan los revisionistas modernos dentro de su pútrida «necesidad insoslayable de la paz y la auténtica reconciliación nacional sin vencedores ni vencidos, sin venganzas, persecuciones y restricciones personales contra nadie»; para «evitar que se produzca», según declamaron hipócritamente esos traidores, «un mayor costo de vidas y sangre derramada en vano, mayor tiempo y profundización del enfrentamiento social con todas las secuelas e encono y resentimiento»; fíjense bien y no lo olviden jamás, dicen: «sangre derramada en vano» ¡Qué miserias del revisionismo! ¡Estiércol del revisionismo de todos los tiempos! Y, dentro de esa supuesta magistral y novísima estrategia a la luz de un muy particular, dizque, maoísmo, lloriquean para «pedir al Gobierno que promulgue una verdadera Amnistía general» «… para que cuando salgan prosigan desenvolviendo el trabajo partidario»[3]. Es decir, cuando los seguidores del camino revisionista en prisión salgan en libertad, tras un arreglo o tras una amnistía parcial o general, se incorporarán al nuevo partido revisionista, que usurpa el glorioso nombre del Partido Comunista del Perú, para proseguir con su lucha contra el Partido y el camino del pueblo en estrecha convergencia con el imperialismo y la reacción.

Así las cosas, no debemos bajar la guardia ni un solo segundo en el combate por barrer la podre revisionista. Son ellos los que han definido y decidido pasarse a la otra colina, al lado del enemigo para combatir al Partido, a las masas populares y al camino del pueblo; son ellos los que dan la espalda al proletariado, al campesinado, a la pequeña burguesía, y a la burguesía nacional; los abandonan a su suerte anteponiendo sus intereses personales a los intereses de clase y pretenden levantar a una parte de la burguesía nacional en su brega por converger con una de las facciones de la gran burguesía, la burocrática o la compradora, según quién les ofrezca mejores beneficios. Son ellos los que reniegan del pensamiento gonzalo; lo revisan, tergiversan y falsean según sus caprichos y veleidades para conseguir la «reconciliación nacional sin vencedores ni vencidos», capitulan sin el menor decoro. Claro, qué otra cosa se podría esperar de esos traidores revisionistas que vía cretinismo parlamentario anhelan participar del Poder mientras aplican los lineamientos del capitoste «estamos manejando un campo de convergencia objetiva…»[4]

He aquí una pequeña materialización de esa convergencia:

Mientras se atizan las contradicciones entre la ultraderecha y la derecha por la contienda electoral del 2016, el pueblo necesita continuar fortaleciendo su lucha, elevando su organización y el nivel político de sus demandas. Por eso, asumimos el compromiso de participar en las próximas elecciones llevando un programa que defienda los derechos fundamentales del pueblo y por la democratización de la sociedad peruana. Saludamos a los pueblos de los distintos distritos de Lima y del interior del país, por su apoyo denodado que favorece al desarrollo de este nuevo frente y su perspectiva.[5] [La subraya es nuestra.]

Pues bien, qué mejor fecha que la celebración del día del proletariado internacional para recordar un tema tan importante como es el del Frente Único.
(…)

 

Doc en PDF (11 págs. en A5)

Ediciones Bandera Roja
1 de mayo de 2021

Viva el 1° de mayo
Viva el 1° de mayo

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